Las heces de las mascotas empeoran las inundaciones en la Ciudad de México: así debes desecharlas

Las fuertes lluvias que azotan a la Ciudad de México este verano han puesto en evidencia un problema poco atendido, el mal manejo de las heces de las mascotas.
Aunque suelen recogerse en bolsas, estos desechos terminan en la basura común o peor aún, en las coladeras, lo que agrava los encharcamientos e inundaciones en varias zonas de la capital.
¿Cómo desechar correctamente las heces de tu perro?
De acuerdo con un reportaje de Wired, las bolsas con excremento de perros y gatos, junto con las bolas de pelo, son responsables de hasta la mitad de las obstrucciones detectadas en los servicios de desazolve en Iztapalapa.
El director territorial de la alcaldía, Ramiro Córdova Valdez, detalló que entre el 40 y 50% de los trabajos realizados en coladeras y drenajes derivan de este tipo de residuos.
Lluvias sin precedentes y un drenaje al límite
El panorama se complica con el exceso de lluvias, junio de 2025 fue el mes más lluvioso desde 1941 y agosto registró la mayor precipitación desde 1952, según datos de Conagua.
La temporada, que usualmente concluye en octubre, se prolongará hasta noviembre, lo que aumenta la presión sobre un sistema de drenaje ya deteriorado.
La Secretaría de Gestión Integral del Agua (Segiagua) informó que en los primeros seis meses del año retiró más de 23 mil toneladas de basura de la red, una parte significativa compuesta por bolsas con excremento de mascotas.
“Aunque sean pequeñas, acumuladas generan un problema gigantesco durante lluvias intensas”,
advirtió el titular de la dependencia, José Mario Esparza.
El doble problema: heces y pelo de mascotas
Los expertos señalan que las heces no son el único inconveniente. Abraham Hernández Reyes, especialista de la empresa Su Plomero de Confianza, explicó que el pelo de mascotas es incluso más complicado de retirar, se enreda en los equipos de succión y muchas veces requiere limpieza manual.
“De cada 100 servicios que atendemos, 70% están relacionados con residuos de mascotas; en una casa llegamos a sacar 34 kilos de pelo del drenaje”,
señaló.
¿Cómo desecharlas correctamente?
Las autoridades y especialistas recomiendan a los dueños de mascotas adoptar medidas simples pero efectivas:
No tirar las bolsas en la calle ni en las coladeras, aunque sean biodegradables, pueden tardar de 3 meses a 2 años en degradarse.
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Depositar las heces en los contenedores de residuos no reciclables (botes grises), esta práctica se ha aplicado con éxito en ciudades como Madrid, donde hasta 95% de los dueños cumplen con esta medida.
Descargar directamente en el inodoro, siempre que sea posible, además de usar bolsas compostables certificadas si no se cuenta con otra opción inmediata.
Evitar compostarlas en casa sin los cuidados adecuados, ya que pueden contener patógenos peligrosos y generar focos de infección.
Un reto compartido
La Ciudad de México produce alrededor de 700 toneladas diarias de heces caninas, por lo que el manejo inadecuado se convierte en un problema de salud pública y de infraestructura.
Ante ello, se analiza la instalación de depósitos inteligentes que permitan una mejor gestión y aprovechamiento de estos desechos.
La clave, insisten los especialistas, está en la responsabilidad ciudadana, no son las mascotas las que provocan inundaciones, sino el mal manejo de sus desechos.
La alimentación es parte del problema
La alimentación de los perros, especialmente el uso masivo de croquetas o pienso canino, influye directamente en la consistencia de sus heces y, por ende, en el riesgo de taponamiento de coladeras en la Ciudad de México.
Las croquetas contienen muy poca agua, apenas un 10 % de humedad, cuando las heces se recogen en bolsas plásticas y se exponen al sol, el calor evapora el agua y las excretas se vuelven muy secas y sólidas. Con el tiempo, si son arrastradas hacia las coladeras, se convierten en una de las principales causas de obstrucción del drenaje urbano.
México cuenta con aproximadamente 80 millones de mascotas, más de la mitad perros, según la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado del INEGI.
La mayoría de estos perros recibe croquetas como alimento principal; una encuesta de Mitofsky indica que el 57% de los tutores opta por alimentos comerciales específicos para raza, edad o condición física, desplazando la comida casera.
Carlos Gutiérrez, experto en nutrición canina, explica que las croquetas son altas en carbohidratos y bajas en proteínas, a diferencia de la dieta natural de los cánidos, que consiste en 60% proteína y 10-20% carbohidratos. Esta diferencia no solo afecta la salud del perro, sino que también hace que las heces sean más duras y difíciles de degradar.
Cada perro produce en promedio 600 gramos de heces y 500 mililitros de orina al día; cuando no se manejan correctamente, estos residuos generan problemas de salud pública, contaminación ambiental y obstrucción en el drenaje urbano.




