Hollow Knight: Silksong, un fuerte candidato a juego del año; la espera valió la pena | Reseña

| 14:54 | Jonathan Coutiño | Nación Gamer
reseña silksong
Hollow Knight: Silksong, candidato al GOTY | Team Cherry

En la industria de los videojuegos, hay juegos que tienen mayor impacto que otros. Ya sea por la introducción de nuevas mecánicas, por ser un salto hacia adelante en la tecnología, por su valor artístico, por su peso narrativo o, simplemente, por ser una muestra de amor por el desarrollo de juegos. Hollow Knight: Silksong cabe perfectamente en esta última categoría, un juego que fue hecho con paciencia, con cuidado, con cariño. Un título bello en todo aspecto, bajo cualquier lupa bajo la que se le examine, un ejemplo más de que los videojuegos son arte. Reseña completa sin spoilers.

Hollow Knight: Silksong, ¿vale la pena?

Hollow Knight: Silksong es poesía vuelta pixeles. Un eterno recordatorio del poder que tiene el gaming como forma de arte, como vehículo narrativo, como pulsión constante de buscar la belleza aún en la decadencia, en el sufrimiento, en la muerte.

Entrar a Pharloom se siente como volver a un lugar al que fuimos felices, una mezcla de nostalgia y familiaridad, de extrañeza y anticipación. Como es costumbre en el género, llegamos al mundo sin mucho más que un breve contexto, un arma y una instrucción: asciende. Al final, de eso se trata, de seguir adelante, se avanzar y vencer cada obstáculo, de ganarnos un palmo más de tierra, un área nueva, una nueva habilidad, de arrastrarnos en el laberinto y vencer una y otra vez los enemigos en nuestro camino, hasta que lo que antes se veía imposible termine siendo casi como una segunda naturaleza.

Las habilidades que Hornet va ganando a lo largo del viaje vuelven el juego cada vez más disfrutable, cada vez más ágil, cada vez más justo para nosotros, pero no por ello más fácil. Dominar el fino arte del combate como Hornet requiere habilidad, paciencia y mucha práctica; horas que estamos dispuestos a invertir, para ser mejores, para seguir nuestro ascenso, para -como dicen en el género- git gud.

Mecánicamente, el juego es igual de sólido como su predecesor. Una mezcla entre plataformeo de precisión, combate sin cuartel, exploración que recompensa la curiosidad y la narrativa contextual propia de los souls-like con los lores más densos.

Perderse en el mapa no es un punto débil, sino un aliciente. No sabemos dónde estamos ni cómo llegamos ahí; no tenemos mapa ni brújula de entrada. Como todo en este juego, hay que ganárselos. Hay que prestar atención, recordar y disfrutar el proceso de aprendernos la forma más eficiente de recorrer varias veces el mismo camino.

En esta ocasión, tenemos dos tipos de recursos: las cuentas de rosario -quizás un guiño a otro gran exponente del género, Blasphemous-, y los trozos de concha, que no son moneda, sino parte necesaria de algunos artefactos que iremos construyendo y nos ayudarán en el camino. Otro cambio sustancial es la introducción de misiones secundarias en la forma de Deseos. Al prometer un deseo, ya sea directamente con el personaje o en el boletín de Bone Bottom, adquirimos esa misión que, más una promesa, forma un vínculo con quien tiene el deseo. Es una forma elegante y poética de presentar una mecánica sencilla.

Por su parte, las habilidades y mejoras de Hornet funcionan diferente a los amuletos del caballero. Se sienten más refinados, más destilados, más controlados. Hay que ser más estratégicos en qué nos vamos a llevar, porque sólo hay espacio para un amuleto del mismo tipo -al menos de inicio- por lo que tendremos que ser tácticos con respecto a nuestra aproximación al problema.

La dirección de arte y el soundtrack, como con su predecesor, son impecables. Las mecánicas hacen que el juego se sienta fluido; el combate no sólo es igual de satisfactorio que en Hollow Knight, sino que de verdad hay un cambio en la velocidad y agilidad de Hornet. Como en los grandes juegos, las mecánicas son sencillas de aprender, pero difíciles de dominar, pero una vez que lo haces, todo cambia. Hay algo que hace clic dentro de nosotros, un interruptor que se enciende y, de pronto, lo entendemos todo.

La magia está en los detalles

Si nos detenemos en cualquier lugar del juego, sin esforzarnos demasiado, tenemos una imagen digna de postal, algo que podríamos exhibir en nuestra pared. Como en Hollow Knight, el paisaje está dotado de profundidad gracias a la excelente decisión de mantener el parallax. Es casi como entrar en una pieza decorativa japonesa compuesta por varias capas de papel hasta formar una imagen a manera de diorama. Los colores son vibrantes, las animaciones son simples, pero agraciadas, y el diseño de los personajes mantiene esa mezcla entre lo cómico y lo trágico, entre lo lindo y lo macabro, entre la mente de Tim Burton y la voz creativa de Hayao Miyazaki.

Silksong es una forma de arte elevado, un juego que busca trascender, que nos da la oportunidad de mejorar, que nos invita a ascender en más de un sentido.

¿Cuándo se estrena Hollow Knight: Silksong?

Este título ya se encuentra disponible para PC, Mac, PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X/S, Nintendo Switch y Nintendo Switch 2.

¿Silksong está en Game Pass?

Sí, el juego fue estreno día 1 de Game Pass.

Calificación de Silksong

Por todo lo que hay dentro del juego, pero también por lo que hubo detrás, no podemos sino darle a Silksong la calificación máxima: 5/5

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