Reseña de Donkey Kong Bananza: Diversión y destrucción en un solo lugar
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Donkey Kong Bananza marca el regreso de uno de los íconos más queridos de Nintendo en una nueva aventura colorida, frenética y llena de plátanos. Este nuevo título reinventa el estílo clásico de Donkey Kong con mecánicas modernas, niveles dinámicos y un diseño visual espectacular. ¿Pero es suficiente para cumplirle a los fans más exigentes? Aquí te dejamos nuestra reseña sin spoilers.
¿De qué trata Donkey Kong Bananza?
Donkey Kong Bananza nos pone en el lugar de nuestro querido DK, quien llega a la Isla Lingote porque descubrieron unos cristales bastante especiales llamados Banandium (diamantes con forma de banana). Sin embargo, de la nada la isla se empieza a hundir al subsuelo del planeta junto a una joven misteriosa de nombre Pauline.
Allí descubren que una organización de simios villanos llamada VoidCo ha robado todos los cristales y quiere llegar al centro del planeta para cumplir un deseo bastante especial. Así, DK y Pauline comienzan una aventura llena de exploración, plataformas y Boss Fights para recuperar los cristales y detener a VoidCo.
¿Cómo se juega?
El gameplay es una mezcla de platformer 3D con una escencia tipo sandbox, haciendo una referencia directa a Super Mario Odyssey. DK puede destruir casi todo el mapa: el único límite es una estructura que sirve como base de todo el nivel, una capa indestructible. De ahí en fuera, nada va a detener tu curiosidad y exploración.
Se nos presenta el concepto de las Transformaciones Bananza: DK puede convertirse temporalmente en animales como un Kong puro, una cebra, una avestruz, etc. Para ganar diferentes habilidades especiales, como ir más rápido, planear en el aire, adquirir fuerza bruta, entre otras.
Estas habilidades te van a servir en su mayoría para encarar los Boss Fight con ventaja (a veces bastante descomunal) y entrar a ciertas secciones inaccesibles sin estos poderes.
En el camino vas a ir recolectando bananas, que sirven como especie de “lunas” de Super Mario Odyssey, pero con la diferencia de que con ellas vas a ir subiendo de nivel y mejorando las habilidades de DK. Te van a servir bastante para dominar cada vez mejor las Bananzas, porque te van a ayudar en las 20 o 25 horas que dura el juego.
También incluye un modo creativo llamado DK Artist para esculpir y pintar tu propio terreno, más modos cooperativos y asistencia opcional para jugadores menos experimentados.
¿Qué tal se ve?
En cuestión de gráficos, Donkey Kong Bananza destaca en el Switch 2: corre mayormente a 60 fps, con entornos densos y visualmente llenos de detalles. Los escenarios varían entre cañones, bosques, tundras y fábricas futuristas. Las expresiones de DK y Pauline contribuyen de gran manera a un entorno más inmersivo y divertido, convirtiéndose en un par que vas a querer seguir viendo durante muchísimo tiempo
Sin embargo, también tiene sus problemas técnicos: en contadas ocasiones, caen los frames cuando hay mucha acción en pantalla, lo cual se considera normal en un juego de estas características. Pero lo que si es complicado es el tema de la cámara: En ciertas ocasiones pierden su encuadre, causándote confusión o desubicación. Sin embargo, nada grave que afecte la experiencia.
¿Vale la pena Donkey Kong Bananza?
En conclusión, estamos ante un título que TOTALMENTE vale la pena. Donkey Kong Bananza ha sido recibido con aclamación universal, puntuaciones sobresalientes de críticos y perfectos en OpenCritic/Metacritic. Para Nintendo Switch 2, es el primer juego que realmente justifica la compra por sí solo, gracias a su creatividad, jugabilidad sólida y diversión pura.
Su principio puede sentirse un poco tosco si vienes de plataformas más suaves ya que controlar a DK tiene su propia maña, pero recompensas la curva de aprendizaje con momentos realmente gratificantes hacia el final del viaje.
Definitivamente es una experiencia que si o si tienes que jugar. Esperamos verlo con una sonrisa en la cara cuando sea anunciado entre los nominados a Game of The Year 2025.
