Reseña de Little Nightmares 3: Una pesadilla un poco diluida

| 19:36 | Ernesto Ruiz Del Carmen | Nación Gamer
Little Nightmares 3 cumple, pero queda un poco a deber | Bandai Namco
Little Nightmares 3 cumple, pero queda un poco a deber | Bandai Namco

Little Nightmares 3 regresa con un nuevo estudio al mando: Supermassive Games. La saga vuelve con su mezcla única de terror, ternura y melancolía. Bandai Namco apuesta por un tono más cooperativo y accesible, pero sin abandonar su estilo visual tan reconocible. 

El resultado es un juego hermoso, inquietante y atmosférico, aunque menos aterrador que los anteriores. Se siente más como una aventura oscura que como una pesadilla. Mantiene su encanto visual, pero pierde parte de la tensión que hacía temblar al jugador.

¿De qué trata Little Nightmares 3? 

Esta vez los protagonistas son Low y Alone, dos niños atrapados en Nowhere, un mundo distorsionado donde todo parece querer devorarte. Ambos deben colaborar para escapar de escenarios llenos de trampas, acertijos y criaturas deformadas. 

Cada nivel ofrece una nueva atmósfera. Hay fábricas mecánicas, desiertos de juguetes y paisajes que parecen sueños rotos. Los entornos son un personaje más. No hay diálogos, pero las imágenes y los sonidos narran emociones con sutileza. 

La historia es sencilla, pero efectiva. Explora temas como el miedo, la soledad y la necesidad de confiar en otros. Es una fábula triste, contada con un diseño visual que te atrapa desde el primer segundo. 

Gameplay y gráficos 

El juego mantiene la fórmula clásica de la saga: plataformas, sigilo y resolución de puzles. Todo con una jugabilidad lenta, tensa y visualmente impactante. Sin embargo, Little Nightmares 3 baja la intensidad. Hay menos sustos y más secciones de cooperación. 

El control responde bien, pero el ritmo es más pausado. La inteligencia artificial del compañero funciona, aunque a veces comete errores que rompen la inmersión. Los acertijos son más simples que en Little Nightmares II, pero siguen siendo creativos y bien integrados con el entorno. 

Visualmente, el título es espectacular. La iluminación, las sombras y las texturas logran que cada escena parezca una pintura en movimiento. El diseño sonoro también es sobresaliente: crujidos, susurros y respiraciones que se sienten reales. El terror ahora es más ambiental que psicológico. 

La propuesta cooperativa de Little Nightmares 3

La gran novedad es el modo cooperativo online. Por primera vez puedes jugar toda la historia con otra persona. Cada personaje tiene habilidades únicas, lo que obliga a comunicarse y coordinar acciones para avanzar. 

El problema es que no hay modo local. No se puede jugar a pantalla dividida ni en la misma consola. Esto rompe parte de la experiencia, especialmente en un juego que pide colaboración cercana. La conexión online funciona bien, pero no sustituye la emoción de compartir sustos en el mismo sofá. 

Cuando el cooperativo funciona, lo hace muy bien. Resolver acertijos juntos o escapar de un enemigo sincronizando movimientos puede ser muy divertido. Pero cuando juegas solo, la experiencia pierde chispa. La IA del compañero cumple, aunque no iguala la interacción humana. 

¿Vale la pena?

Little Nightmares 3 es un gran juego visual, con atmósfera y diseño impecables. Su estilo artístico sigue siendo único, y su tono oscuro y melancólico se mantiene. Sin embargo, el cambio hacia un terror más suave y la ausencia del cooperativo local lo alejan de la excelencia de las primeras entregas. 

Aun así, es un título recomendable. Ideal para quienes buscan una aventura sombría, emotiva y bellamente construida. Puede que no dé tanto miedo, pero sigue siendo una experiencia inolvidable. Es una pequeña pesadilla que vale la pena vivir.