Río Tijuana: 30 años de contaminación sin freno que aún afecta a México y EE. UU.

| 13:02 | Benell Cortés | Uno TV
Río Tijuana: 30 años de contaminación sin freno que aún afecta a México y EE. UU.
Foto: Cuartoscuro / Ilustrativa

Desde principios de la década de 1990, el Río Tijuana se ha convertido en uno de los símbolos más persistentes de la crisis ambiental binacional entre México y Estados Unidos. Durante más de tres décadas, aguas residuales sin tratar han cruzado la frontera, impactando directamente la salud pública, el medio ambiente y la economía de ambos países, especialmente en el estado de California.

A pesar de numerosos compromisos diplomáticos, financiamiento internacional y promesas de rehabilitación, la situación no solo persiste, sino que se agrava año con año.

Una crisis histórica sin solución

1990s: Se inaugura la Planta Internacional de Tratamiento de South Bay en San Diego. Aunque representó un avance en el control de las descargas, la infraestructura quedó rápidamente rebasada por el crecimiento urbano de Tijuana. Reportes técnicos del International Boundary and Water Commission (IBWC) advirtieron desde entonces fallas en la capacidad de tratamiento.

2000s: El crecimiento urbano acelerado, sobre todo en zonas marginadas de Tijuana, saturó el sistema de drenaje. Organizaciones como San Diego Coastkeeper y Pro Esteros comenzaron a documentar vertidos constantes, generando presión social y ambiental en ambos lados de la frontera.

2017: Un derrame masivo de aguas negras provocó el cierre prolongado de playas en el sur de California. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) exigió al gobierno mexicano medidas urgentes.

2020: A través del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), Estados Unidos comprometió 300 millones de dólares para infraestructura sanitaria en la zona. Sin embargo, el Office of Inspector General (OIG) de la EPA reportó un uso parcial y lento de los recursos.

2023: Ambos países anunciaron una nueva inversión conjunta de 474 millones de dólares, según confirmó el Banco de Desarrollo de América del Norte (NADBANK). Hasta la fecha, la implementación es limitada y las descargas continúan.

2025: La EPA denunció que, desde 2018, más de 100 mil millones de galones de aguas negras han cruzado hacia Estados Unidos. En San Diego, más de 1,100 marines han reportado síntomas por exposición a contaminantes, de acuerdo con el U.S. Navy Environmental Health Center.

Impactos actuales

Salud pública: La contaminación del río ha generado brotes de enfermedades gastrointestinales, infecciones en la piel y afectaciones respiratorias entre residentes de ambos países. Informes del Condado de San Diego documentan aumentos estacionales en reportes médicos relacionados con exposición al agua.

Turismo y economía: Playas como Imperial Beach han enfrentado cierres de hasta nueve meses al año, provocando severas afectaciones en ocupación hotelera y consumo local, según reportes de la Cámara de Comercio de San Diego.

Medio ambiente: El Estuario del Río Tijuana, considerado un refugio natural y hábitat de especies protegidas, ha perdido biodiversidad crítica. La organización National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) ha incluido esta zona entre los ecosistemas costeros más amenazados del Pacífico.

Obstáculos estructurales

Las causas detrás de la persistencia del problema incluyen:

  • Infraestructura sanitaria obsoleta o fuera de operación, según datos de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT).
  • Falta de mecanismos binacionales de verificación y sanción, pese a las mesas técnicas coordinadas por la CILA (Comisión Internacional de Límites y Aguas).
  • Expansión urbana sin planeación ni acceso a drenaje, documentada por el Instituto Municipal de Planeación de Tijuana (IMPLAN).

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Declaraciones oficiales

Durante la conmemoración del Día de la Tierra 2025, el titular de la EPA, Lee Zeldin, aseguró que la crisis del Río Tijuana representa un riesgo no solo ecológico, sino también para la salud y seguridad nacional de Estados Unidos.

En respuesta, la presidenta Claudia Sheinbaum declaró que su gobierno mantiene acuerdos activos con EE. UU. y trabaja en la rehabilitación de plantas tratadoras en Tijuana y Rosarito, en coordinación con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).

El caso del Río Tijuana demuestra cómo la falta de planeación y voluntad política puede transformar un problema técnico en una crisis prolongada. Mientras las aguas residuales sigan cruzando la frontera sin control, esta será también una frontera de contaminación. Urge que los compromisos bilaterales se traduzcan en acciones concretas y sostenibles.

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