¡No fue broma! Quetzalcóatl sí trajo juguetes a los niños mexicanos

En los años 30 el dios Quetzalcóatl trajo juguetes a los niños mexicanos. Foto: Getty Images

La polémica que generó el árbol navideño en el Senado de la República, debido a los símbolos prehispánicos con los que fue adornado, hizo recordar otro peculiar momento en donde el protagonista fue nuevamente Quetzalcóatl, o la Serpiente Emplumada. No es la primera vez que este personaje desata tempestades en la arena política de nuestro país, y aquí en Unotv.com te recordamos el episodio cuando Quetzalcóatl se enfrentó a Santa Claus y lo derrotó.

Cuando Quetzalcóatl sustituyó a Santa Claus

De acuerdo con diversos testimonios históricos, fue en la Ciudad de México, en el ahora desaparecido Estadio Nacional, localizado en la colonia Roma, donde el entonces presidente de la República, Pascual Ortiz Rubio, junto con su esposa Josefina Ortiz, formó parte de un magno acto donde se dio una entrega de regalos, dulces y juguetes a 15 mil niños mexicanos reunidos para ese acontecimiento.

Lo insólito es que quien repartió los juguetes a los niños no fue Santa Claus, ni siquiera el Niño Dios, sino un hombre barbado, ataviado a la usanza azteca, el cual representaba a Quetzalcóatl, quien estaba acompañado de numerosos personajes que descendían de una pirámide, armada especialmente para la ocasión. Con este acto se pretendió sustituir la tradición de que los niños mexicanos recibieran regalos de Santa Claus y creciera así su amor a la patria, según refiere la publicación Relatos e historias en México.

¿Cómo fue que regresó la tradición?

Si bien el acto donde Quetzalcóatl repartió juguetes a los niños mexicanos se dio el 23 de diciembre de 1930, unos días antes de la Navidad, la ocurrencia de que este personaje sustituyera a la tradición se cocinó un poco antes. De acuerdo con el divulgador histórico Alejandro Rosas, se dio en el contexto “del nacionalismo revolucionario a tope”, de ahí que muchos periódicos de la época reseñaron que a partir de este año “Quetzalcóatl sería el símbolo de la Navidad en nuestro país”.

“De acuerdo con algún lúcido funcionario del Gobierno de Pascual Ortiz Rubio, desde ese año y en adelante, sería la ‘serpiente emplumada’ -adorada por distintas naciones indígenas en el mundo prehispánico, símbolo de civilización- y no Santa Claus quien le traería regalos a los niños la noche del 24 de diciembre”.

Fuente: Alejandro Rosas, WikiMéxico

Esta resolución generó polémica en muchos de los sectores porque no se concebía que una celebración más bien religiosa estuviera presidida por una deidad del mundo pagano.

Al parecer, según testimonios de la época e historiadores, esta determinación de empoderar a Quetzalcóatl venía desde la Secretaría de Educación Pública; debido a la oposición entre la sociedad mexicana, la ocurrencia sólo duró un año, pues en la Navidad siguiente los niños mexicanos siguieron escribiendo sus cartas a Santa Claus o al Niño Dios.

¿Quién es Quetzalcóatl?

A esta deidad, cuyo nombre deriva del náhuatl quetzalli (pluma) y coatl (serpiente), también se le conoce como Serpiente Emplumada; de acuerdo con una publicación del INAH, es una de las principales deidades dentro de la cultura de Mesoamérica. Para otros, es la principal deidad de la cual derivaron otros dioses; según la cosmogonía, Quetzalcóatl fue un dios creador del hombre, Señor de la aurora y la serpiente nube de lluvia, y quien trajo al hombre el maíz, el pulque y el calendario, en la cultura maya se le conoce como Kukulkán.

Tanto las más antiguas como las más recientes expresiones de Quetzalcóatl, suelen adoptar la forma de serpientes con plumas verdes o multicolores que ondean en el cielo al inicio de la temporada húmeda y cuyo vuelo trae la lluvia.

En la época de la Conquista, la serpiente emplumada era un símbolo profundamente anclado en las religiones indígenas, pues había atravesado el tiempo y el territorio mesoamericano extendiendo su cuerpo de reptil y sus ondulantes apéndices en el Altiplano Central, la Mixteca, la Costa del Golfo y hasta el área maya.

Qué opinas