El presidente estadounidense, Joe Biden, firmó este jueves la ley que eleva el techo de la deuda del país, permitiendo evitar, por unas semanas, un default de la superpotencia.
El Congreso había aceptado el martes elevar temporalmente el límite del endeudamiento de Estados Unidos en 480 mil millones de dólares. La Cámara de Representantes había adoptado esta medida sólo con el apoyo de la mayoría demócrata, en el marco de un intenso forcejeo con los republicanos.
Sin esta medida, el país habría podido hallarse en cesación de pagos desde el 18 de octubre, había advertido el Departamento del Tesoro.
El alza en el techo de la deuda “se espera que sea suficiente para permitir al gobierno federal continuar cumpliendo plenamente sus compromisos hasta inicios de diciembre”, dijo la Casa Blanca en un comunicado.
Congreso de EU eleva hasta diciembre tope de endeudamiento
El Congreso de Estados Unidos acordó el pasado martes elevar temporalmente el techo de la deuda hasta fin de año, lo que ofrece un respiro a la primera economía del mundo antes de una nueva batalla política feroz para evitar un default.
Con el sólo respaldo de los demócratas (219 votos contra 206, todos republicanos) la Cámara de Representantes adoptó una medida que eleva el límite del endeudamiento de Estados Unidos en unos 480 mil millones de dólares.
“Se trata de nuestra economía y de la economía mundial, pero también es sobre nuestra constitución que dice que la confianza y crédito plenos de Estados Unidos no deben quedar en duda”.
Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara Baja.
La medida permitirá al país honrar sus vencimientos hasta diciembre, o incluso hasta inicios de 2022, alejando la perspectiva de un default con consecuencias catastróficas para la superpotencia y el resto del mundo.
El líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, exhorta ahora a los demócratas a alcanzar solos una solución duradera de aquí a diciembre, por medio de una vía legislativa compleja que el oficialismo considera “demasiado riesgosa”.
El texto aprobado el martes pospone entonces hasta fines de noviembre una batalla parlamentaria que se anuncia épica sobre las finanzas de Estados Unidos.
El pulso en el Congreso se dará además al mismo tiempo que las negociaciones para aprobar un nuevo presupuesto antes del 3 de diciembre.
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