Control de precios en gasolina es una medida artificial para contener la inflación, explica analista
Para marzo, el Gobierno federal estaría firmando un acuerdo con gasolineros para fijar en 24 pesos el tope máximo del precio del combustible. Si bien, esto beneficiaría directamente a los conductores, se plantea la pregunta de cómo repercutiría en la economía diaria. Para contestar esa incógnita, Pablo Álvarez Icaza, maestro en Economía del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) explica su perspectiva de esta medida.
A decir del experto, el control de precios ayuda a contener la inflación, pero de una manera artificial, así lo explicó en entrevista para Unotv.com.
“El control de precios ayuda a contener la inflación, pero es una forma de contener la inflación reprimida de manera artificial, porque obviamente esto va a generar desequilibrios tanto a los productores como a los que surten la gasolina porque puede reducirse su margen de ganancia”.
Este miércoles, en la conferencia mañanera, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que en dos semanas podría firmarse un acuerdo con empresarios gasolineros para topar, voluntariamente, en 24 pesos el precio de las gasolinas en todo el país, luego de que en algunas estaciones de servicio llega hasta los 26 pesos por litro.
Topar el precio de la gasolina afectaría a finanzas públicas
El maestro Pablo Álvarez Icaza planteó escenarios a corto y largo plazo en los que impactaría la medida anunciada esta mañana por la presidenta.
“Los controles de precios afectarían depende por dónde vienen. Si el control de precios se da directamente por petición directa a gasolineros, puede reducir su margen de ganancia“, comentó, sobre el escenario inmediato en el control anunciado.
Por otro lado, en cuanto a las finanzas públicas, Pablo Álvarez comentó que si la medida tiene contemplado modificar el IEPS, la afectada finalmente sería Hacienda, puesto que se encontrará con un escenario de recaudación mucho menor, un recurso que dejaría de llegar a las autoridades.
“El precio de la gasolina depende del precio internacional, depende del tipo de cambio y también depende obviamente del monto de los impuestos. Y estos actores son los que finalmente pueden incidir en mantener un precio controlado, pero esto evidentemente o afecta a las finanzas públicas o afecta a los dueños de las gasolineras, pero a la larga finalmente los controles de precios solamente generan un impacto mayor cuando esto sea insostenible a largo plazo” complementó el analista.
A corto plazo, esta medida genera que la inflación sea menos alta y esto tiene un efecto positivo, porque con inflaciones bajas, Banxco de México podría reducir sus tasas de interés.
Al preguntarle sobre cómo afectaría esta medida en un corto plazo a los mexicanos, el analista explicó que, por ejemplo: las tarifas de transporte público tendrían que subir menos.
Además de que, si los precios del transporte de productos como frutas, verduras u otros de no suben o incluso bajan, esto tendría efecto indirecto.
Sin embargo, apuntó que este tipo de medidas obedecen más a razonamientos del tipo político, porque la gasolina es un tema muy sensible en términos de opinión pública.
¿Cómo se maneja actualmente el precio de la gasolina?
Siendo un producto cuyos costos dependen de varios factores, algunos de ellos volátiles, a lo largo de los años, el Gobierno federal ha implementado diversas medidas para evitar que los precios de la gasolina se disparen, así como evitar que se oferte con grandes diferencias en las diversas regiones del país.
Según Álvarez Icaza, la gasolina ha sido uno de los rubros que más ha incrementado su precio en México: “De acuerdo a lo que nos reportó Inegi, hace una semana. La gasolina de bajo octanaje, subió 1.02% en el mes de enero”, explicó.
De acuerdo con las políticas energéticas, en México es el gobierno quien determina los máximos y mínimos de los combustibles y controlando a través del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).
Sin embargo, en este anuncio la presidenta refirió que no busca recurrir en la imposición de topes por la vía legislativa, con una reforma fiscal, convocando a los gasolineros, a través de la Secretaría de Energía, a convenir de forma voluntaria en un tope a fin de evitar que algunas estaciones vendan cara su combustible, sin justificación.
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Recordó que la inflación está vigilada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) a través del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).
Este índice que mide la inflación de precios tiene un apartado exclusivo para energéticos, que contempla desde el petróleo hasta las gasolinas y el gas.
Al respecto, el Banxico destaca también que el precio de la gasolina tiene impacto directo en la inflación, por eso la reforma energética de 2013 contempló que el combustible fuera cambiando paulatinamente a lo largo del año y no en una sola ocasión, a fin de reducir las afectaciones que esto representaba en el INPC.
Así serían los precios del transporte público y de carga
El transporte público y de carga dependen directamente del precio de las gasolinas. Al respecto, el Instituto Mexicano del Transporte (IMT) destaca que el combustible representa alrededor del 32% de los costos por kilómetro en el transporte público.
Esto, a la par del 32% del costo de mantenimiento de la unidad y el 24% en cuanto al salario del operador, seguidos muy por detrás de las llantas (8%) y aceite (4%). De ahí que un aumento en este rubro sea de las mayores quejas de transportistas a la hora de exigir un aumento, pues estas tarifas son reguladas por el gobierno.
¿El control de gasolinas pone en desventaja a los gasolineros?
El analista político y económico Pablo Álvarez Icaza advirtió que la imposición de un tope de precios en la gasolina podría reducir los márgenes de ganancia de los gasolineros, colocándolos en una situación de desventaja frente a las fluctuaciones del mercado internacional.
Explicó que mantener el precio controlado por debajo de los 24 pesos por litro podría afectar la recaudación gubernamental y desalentar la inversión en el sector energético, lo que a largo plazo podría derivar en escasez de combustible.
Según el especialista, cuando los precios dejan de reflejar la oferta y la demanda, se corre el riesgo de que los productores reduzcan el suministro, lo que generaría problemas de abastecimiento y afectaría el mercado energético en su conjunto.
Finalmente, Álvarez Icaza advirtió que una posible escasez podría dar lugar a un mercado negro de gasolina, donde los precios serían aún más elevados, impactando directamente a los consumidores.
