Para evitar reducir competencia global de gas licuado, UE veta fusión de Daewoo y Hyundai

La fusión crearía un grupo que tendría control de dos tercios del mercado mundial. Foto: Getty Images vía AFP

La Unión Europea (UE) anunció este jueves su veto a la fusión de dos gigantes astilleros surcoreanos, Daewoo y Hyundai, a raíz de incertidumbres sobre sus efectos en el transporte global de gas licuado, lo que puede representar una amenaza a la seguridad energética del bloque.

En un comunicado, la Comisión Europea apuntó que la fusión de Daewoo Shipbuilding & Marine Engineering y Hyundai Heavy Industries Holdings generaría una “posición dominante con la nueva empresa, y reduciría la competencia en el mercado global de transportes de gas licuado”.

La comisaria europea para la Competencia, Margrethe Vestager, dijo en una conferencia de prensa que el bloqueo a la megafusión fue decidida “dada la evidencia de los efectos negativos” de la iniciativa.

Los técnicos de la Comisión Europea llegaron a la conclusión de que la fusión crearía un grupo que tendría control de dos tercios del mercado mundial de buques de transportes de gas licuado.

Además, esa empresa gigante se haría aún mayor con el paso del tiempo.

Fusión coincidía con alza en precios de energía

La iniciativa de esta fusión coincide con una disparada de los precios de la energía en Europa, y el bloque intenta alejarse de su dependencia del gas natural ruso y se interesa en otras fuentes, incluido el gas licuado.

“Los clientes europeos se quedarían con pocas alternativas a la entidad fusionada, ya que sólo un puñado de competidores permanecería en el mercado”.

Margrethe Vestager, comisaria europea para la Competencia.

La funcionaria destacó que “no importa dónde estén ubicadas las empresas fusionadas. Lo que importa es si compiten por la demanda en Europa”.

El veto se produce dos años después de que Bruselas detuviera la fusión de la firma india Tata Steel y la alemana Thyssenkrupp, y tres años después de que bloqueara la fusión de los negocios de trenes de Siemens y Alstom, lo que enfureció a Francia y Alemania.

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