Cientos de objetos asiáticos que naufragaron cerca de las costas de Baja California a finales del siglo XVI, a bordo del Galeón de Manila, regresaron a tierra. Una importante colección de las primeras piezas rescatadas por arqueólogos terrestres y subacuáticos es mostrada en la exposición "Tesoros de un galeón perdido".
Descubrimiento histórico
La muestra en el Museo Caracol, Museo de Ciencias y Acuario, en Ensenada, Baja California, comparte la historia de una de las embarcaciones de la enigmática flota que surcó durante 250 años el Océano Pacífico, de Acapulco, en la Nueva España, a la bahía de Manila, en isla Luzón, Filipinas, y unió tres continentes: Asia, América, y Europa. El intercambio comercial también permitió el contacto de culturas inimaginables entre sí, separadas por miles de kilómetros de agua salada.
Qué es un galeón
Los galeones que hacían el viaje eran embarcaciones del imperio español que llegaron a alcanzar mil 500 toneladas. En el puerto novohispano se estibaban productos europeos y plata de los antiguos virreinatos de México y Perú, y en la bahía de Manila, las naves eran abarrotadas de tesoros de China, Persia o Japón, como especias, telas de seda, marfiles, porcelanas finas y perfumes.
La mayoría de los vestigios recuperados por la arqueología son sólo fragmentos de objetos, casi todos asiáticos, pero ricos en información. Ahora, los sobrevivientes del naufragio son ráfagas de tiempo salidas del mar para contar la historia de lo que se intercambiaba a través de aquellas legendarias embarcaciones, y también testigos del reto que significó transitar por el Pacífico, de América a Oriente, en el siglo XVI.