Madres de familia llegaron a Playas de Tijuana con el objetivo de ser partÃcipes del tradicional festejo del 10 de mayo y tener la oportunidad de reencontrarse con sus hijos, solo que separados por la malla divisoria entre México y Estados Unidos.
Larga travesÃa
Sin importar cuántos kilómetros tienen que recorrer, mujeres de Acapulco, Guerrero, y Uruapan, Michoacán, viajaron a la frontera para reunirse con sus nietos e hijos como Doña Petra, quien tenÃa 20 años sin ver a su descendencia, pues su hijo vive en San Ysidro, California.
La señora Rosa Santiago, originaria de Uruapan vino a radicar hace cuatro años a Tijuana, para poder estar más cerca de su hijo, a quien no veÃa desde hace 21 años. Para ella, ver a su hijo después de tantos años es su regalo del 10 de mayo.
Madres deportadas
Existen otras mamás que ha causa de su deportación fueron separadas de sus hijos, explicó Yolanda Varona, directora de la organización Dreamerâ¬"s Momâ¬"s USA-Tijuana. "Estamos semifelices, estábamos pensando que nosotras estamos celebrando el dÃa de las madres sin nuestros hijos y nuestros hijos están celebrando sin nosotras, es un dÃa muy triste, pero tenemos que estar aquà para que toda la gente que está del otro lado y nuestros hijos sepan que seguimos luchando, que no vamos a dejar de luchar", afirmó Varona.
Un amor sin fronteras
Sin lugar a dudas el amor puede más que una malla divisoria, y más si se trata del amor de una madre, para quien no existen fronteras, por eso tiene la esperanza de que algún dÃa el mejor regalo sea la desaparición de esta malla que ha divido a miles de familias.