Luego del temblor de magnitud 7.2 grados que se sintió en la capital del país, las actividades cotidianas de los capitalinos se vieron interrumpidas pero a medida que la noche llegaba, los bares y cantinas de la Ciudad de México se volvieron a llenar de risas, carcajadas y alegría, como cualquier noche de viernes.
El movimiento telúrico no logró en esta ocasión cancelar las reuniones de amigos, familiares o parejas, programadas para este día aunque sí, el tema principal es el temblor y las noticias sobre el mismo.
Las ambulancias y patrullas siguen de un lado a otro, para revisar posibles daños en la ciudad, mientras los músicos llegan a bares locales como el Mama Lupaz , ubicado en el Eje Central Lázaro Cárdenas, donde no fallará su tocada semanal.
- Entre la clientela se encuentra Leslie , quien comenta que después del miedo que le generó el temblor, busca relajarse y "bajar" el estrés que le generó esta situación.
El que no haya caos en la ciudad, como ocurrió en el sismo del año pasado y el saber que su familia, amigos y compañeros están bien, es un peso menos sobre sus hombros, por lo que prefiere seguir su fin de semana como si fuera un día normal.
Como ella y sus amigas, otras parejas, grupos o hasta algún bebedor solitario, llenan los bares de la Ciudad de México, pues lo importante, señalan, es mantener la cotidianidad y la normalidad en sus vidas, tras una nueva "sacudida" de tierra.
Es viernes y el cuerpo lo sabe , es una de las frases que se escucha entre los capitalinos.
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