Policía comunitaria de Chilapa, Guerrero, recluta a 19 niños

Los niños mayores de 10 años pertenecen a la policía comunitaria portan armas. Foto: Uno TV

La policía comunitaria de Chilapa, Guerrero, presentó a 19 niños que reclutó y armó para formar parte de las filas del grupo civil armado al suroeste de México. Los menores apenas rebasan los 10 años y ya custodian sus comunidades.

Los niños fueron presentados por la policía comunitaria CRAC-PF en el poblado de Alcozacán, perteneciente al municipio de Chilapa de Álvarez, Guerrero.

Algunos de los pequeños policías comunitarios provienen de las comunidades guerrerenses de Ayahualtempa y Xochitempa, y aparecieron en público, en su mayoría, con el rostro cubierto y armados con un rifle real.

Aunque hay niños que no rebasan los 10 años, también ya forman parte de la policía comunitaria y se presentaron con palos que simulan armas de fuego.

La convicción de los nuevos policías comunitarios es clara: defender a sus familias de los ataques del grupo criminal de "Ardillos" que opera en esa zona del estado.

Entrenamiento de los niños en la policía comunitaria

Uno de los menores, que encabezó el contingente de los pequeños policías comunitarios durante la presentación, dice tener apenas 13 años. Dejó la escuela desde que un compañero murió, y desde hace 2 meses asegura  entrenar 2 horas al día.

  • Aunque tiene miedo, decidió tomar las armas para defender a su familia.

Niños capaces de utilizar armas

Los adultos pertenecientes a la policía comunitaria aseguran que los menores de edad fueron entrados y saben usar armas de fuego.

Durante la presentación, señalaron que los pequeños policías comunitarios fueron adiestrados para ser capaces de responder antes los constantes ataques y secuestros por parte de los miembros de grupos criminales que se enfrentan en la zona guerrerense.

La inseguridad, motivo de surgimiento de la policía comunitaria

Los grupos de la sociedad que decidieron armarse y se hicieron llamar policías comunitarias comenzaron a surgir en el suroeste mexicano en respuesta a los índices de violencia que se viven desde hace años.

Se hicieron presentes en comunidades de Michoacán y Guerrero, principalmente.