Arte de Oaxaca para el mundo; así vivió Francisco Toledo

El artista era muy querido por el pueblo oaxaqueño. Foto: Twitter/Especial

Artista plástico, activista, promotor cultural, ambientalista y filántropo; la historia mortal de Francisco Toledo llegó a un punto y aparte este jueves 5 de septiembre con su muerte a los 79 años de edad.  

Francisco Benjamín López Toledo nació un 17 de julio de 1940 en Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Fue el cuarto de siete hijos del matrimonio entre Francisco López Orozco y Florencia Toledo Nolasco.

Desde pequeño manifestó su interés en el arte y a los 14 años inició sus estudios artísticos en el taller de grabado de Arturo García Bustos, para después continuar su formación en el Taller Libre de Grabado de la Escuela de Diseño y Artesanías, para terminar en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

A los 19 años presentó sus primeras exposiciones en la Galería Antonio Souza y en el Forth Worth Center de Texas; sin embargo, su arte necesitaba más conocimiento y un año después viajó a Europa, donde profundizó en su técnica y vivencias de vida.

Mi vida ha pasado por muchas etapas. Al principio quería estar ligado a mi comunidad, ahí había mitos orales, tradiciones, cuentos; pensaba que podía ser el ilustrador de esos mitos. Con el tiempo me fui cargando de más información, visité ciudades y museos; viví en Europa, viajé a España, conocí a Tápies, a Saura& Mi arte es una mezcla de lo que he visto y de otras cosas que no sé de dónde vienen. Me han influido el arte primitivo, pero también los locos, los enfermos mentales y, sobre todo, Rufino Tamayo, Francisco Toledo.

Toledo se volvió un reconocido artista laureado con varios reconocimientos como:

  • El Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes 
  • El Premio Príncipe Claus
  • Premio Right Livelihood por su dedicación a la protección y mejora de la herencia, ambiente y vida de la comunidad de Oaxaca
  • Doctorado Honoris Causa por su labor en el mundo de las artes

Sin embargo, a pesar de los laureles y aplausos, Toledo se mantuvo preocupado de sus paisanos y se encargó de promover espacios y apoyos para ellos; incluso se tomaba el tiempo para bailar con quien lo pidiera. 

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