En Santa María Ixcatlán, Oaxaca, las artesanías de palma se tejen en silencio, dentro de cuevas.
Zenaida y Abel nunca dejan de tejer, mientras caminan, van dando forma a un sombrero que en dos horas, terminan dentro la cueva, misma que conserva la frescura de la palma.
Cada sombrero se vende en seis pesos, o bien, lo intercambian por comida.
Otra familia teje en su casa, son tiempos frescos y de lluvia, lo que hacen dócil la palma aún afuera de las cuevas.
- El hijo mayor aprendió el oficio de sus padres y ahora teje sus propias creaciones con las que ha ganado concursos.
Hoy, de sus 600 habitantes menos de 10 hablan o entienden el ixcateco, todos ellos mayores de 70 años de edad, que en silencio continúan tejiendo la palma que se moldea a sus manos