Un grupo de investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) hizo un superdescubrimiento: diseñó un spray comestible que se adhiere a las frutas para evitar su maduración rápida.
Con este método se logró disminuir hasta 60% el crecimiento de hongo sobre la superficie de las frutas y duplicar el tiempo de su vida en anaqueles de centros comerciales, lo que reduce pérdidas económicas y representa un beneficio al sector productor.
Si bien los resultados han sido exitosos en pruebas con mangos y papayas, el investigador Raúl Ávila Sosa Sánchez trabajará con esta tecnología en otros alimentos vegetales, para poder después desarrollar modelos de predicción y estudios toxicológicos.