Como zona de guerra amaneció Culiacán: calles vacías, comercios e industrias cerradas y chatarras de tráileres y camiones todavía humeando en cruces viales importantes; es la imagen de esta mañana en la capital de Sinaloa, que vivió este jueves horas de terror tras la balacera originada por la captura de Ovidio Guzmán López, quien después fue dejado en libertad para "salvar vidas".
En los rostros de la gente se percibe el miedo porque cuentan que todos los chapos están en guardia y en alerta, principalmente en los suburbios de Culiacán, donde ni automovilistas ni taxistas quieren transitar, pues saben, perfectamente, que en cualquier momento puede estallar nuevamente una balacera.
También hay temor porque aseguran que si la Secretaría de la Defensa Nacional efectúa un nuevo operativo en la ciudad, más cuando circula ya la versión oficial de siete militares heridos, es seguro que se desatará nuevamente la violencia.
No hay clases, ni servicio de aplicaciones de taxis, tampoco reparto de productos y todavía hay algunos hoteles llenos, porque muchas familias que tienen sus residencias en la ciudad, prefirieron meterse al primer hotel cercano para resguardarse de las balaceras.
El Palacio de Gobierno del Estado está resguardado por varios pelotones de militares y están colocados estratégicamente para poder vigilar todos los accesos ante un posible ataque de los grupos armados.
El sector de Tres Ríos, dondeeste jueves se localizó a Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, está vacío aunque es el más exclusivo de la ciudad y donde también se encuentra la zona más prestigiosa de bares, los cuales podrían permanecer cerrados este fin de semana.
Operativo en Culiacán fue fallido: Sedena
La mañana de este viernes, el secretario de Seguridad Publica y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, informó, de manera oficial, que el saldo de la violencia del jueves en Culiacán es de ocho muertos, entre ellos: cinco agresores, un civil, un elemento de guardia penitenciaria y un reo del penal de Aguaruto.
- Además, detalló que hubo 42 vehículos despojados con violencia, nueve más fueron incendiados, se registraron 19 bloqueos y 14 agresiones con armas de fuego al Ejército Mexicano y Guardia Nacional.
Por su parte, el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, indicó que el personal de las fuerzas de seguridad actuó de manera precipitada y con falta de planeación, además de que desestimó el poder de fuerza y convocatoria del grupo de Guzmán López, hijo del narcotraficante preso en Estados Unidos.