Descubren gran ciudad maya en Quintana Roo

Notimex Chetumal, QRoo 12-05-2014 18:25

El INAH realiza un mapeo al núcleo urbano de más de 34 hectáreas.

Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmaron que la selva de Quintana Roo oculta un antiguo núcleo urbano de más de 34 hectáreas, con por lo menos seis grupos arquitectónicos.

El INAH señaló que, con la participación de los habitantes del ejido Botes-Rovirosa, especialistas realizan el levantamiento topográfico de la milenaria metrópoli.

Para la gente del ejido Botes-Rovirosa, en Quintana Roo, “El Paredón”, un muro revestido con piedras cuadrangulares de las que penden largas lianas, era evidencia clara de una antigua urbe que había “devorado” la selva.

Según corroboraron arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la jungla oculta un núcleo urbano maya de más de 34 hectáreas.

Noh Kah” (Ciudad Grande) no podía ser otro el nombre con el que los ejidatarios bautizaron al lugar.

Desde hace dos años, especialistas de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) en coordinación con el Centro INAH Quintana Roo, realizan la recolección de material cerámico y el levantamiento topográfico de la milenaria metrópoli de la que han definido hasta ahora seis grupos arquitectónicos.

Aunque “El Paredón” es el elemento que advertía de la importancia del sitio, el arqueólogo Javier López Camacho, quien encabeza las labores de prospección, recalcó que se trata de una construcción posterior al primer auge que experimentó la urbe hace más de mil 500 años, en el periodo Clásico Temprano, entre 250 y 600 d.C.

“Noh Kah” pertenece a un área muy importante que es la ribera del río Hondo, colindante con Belice, donde se extienden sitios monumentales con datos relevantes para la reconstrucción histórica de lo que se conoce ahora en sitios como Dzibanché, Kohunlich y otros que se han trabajado a partir de los años 90 del siglo pasado”, dijo.

El mapeo busca ver cómo se estructuraba Noh Kah, la forma en que los grupos arquitectónicos se unían a través de calzadas y la infraestructura que permitía el aprovisionamiento de agua.

Estos datos ayudarán a entender la organización del sitio y su evolución temporal, desde el Clásico Temprano al Clásico Tardío.