Con 10 años y originario de Minatitlán, Veracruz, Erick tuvo que trasladarse a la Ciudad de México y dejar atrás todo lo que amaba: sus abuelos, casa, escuela y el beisbol.
- La razón de esta separación fue la leucemia que le detectaron en julio de 2017
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El pequeño tiene un deseo, el cual expresa con una sonrisa detrás de un cubrebocas azul:
Yo quiero conocer al señor presidente para que me ayude con mi tratamiento de cáncer. Me quiero curar y seguir jugando beisbol, como a él también le gusta
Un diagnóstico abrumador
Después de sus entrenamientos como pitcher en el equipo Pingüinos, Erick empezó a sentir dolor en las articulaciones, el cual se fue agudizando con el paso del tiempo, hasta que un día no pudo levantarse de la cama.
Erika, mamá del niño, cuenta que tras varias visitas a médicos particulares, decidieron trasladarse a la Ciudad de México. Al llegar al Hospital Infantil Federico Gómez, el diagnóstico fue abrumador para la familia: Erick tenía leucemia.
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Al principio yo me reprochaba; pensé que había sido mi culpa por nunca estar con él y vigilar que comiera bien , menciona la madre de Erick con la voz entrecortada y los ojos llenos de lágrimas.
Su pasión por el beisbol
Erika es madre soltera, y debido a sus largas jornadas de trabajo, Erick tuvo que realizar varias actividades escolares; así fue como conoció el deporte que se convertiría en su pasión y que tiene en común con el presidente López Obrador: el beisbol.
Era muy buen lanzador y los entrenadores se peleaban por mí . Erick.
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Pronto, los partidos fueron reemplazados por un hospital, donde los doctores lo esperaban para suministrarle sus quimioterapias.
- Actualmente, Erick va en la semana 59 de 120 que dura su tratamiento. Para poder ir a sus sesiones, una amiga de su abuela les prestó una casa en la capital del país. Ahí vive con su mamá desde julio de 2017.
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Erick y Erika son apoyados desde entonces con despensa, medicamentos y dinero para sus pasajes por la Fundación Juntos para el Bienestar de Niños con Cáncer IAP, organización encabezada por Eva Laura Gómez, quien tiene una hija superviviente del mismo mal que aqueja a Erick.
Para recaudar fondos, Eva Laura Gómez y su equipo reciben donaciones en efectivo, en especie y un sinfín de artículos usados en buen estado- para hacer ventas de garaje. Además, venden mazapanes.
Erika recuerda que llegó a la fundación después de que los encontró en redes sociales. Ahora, ellos se han vuelto parte de su familia, pues también le han brindado ayuda emocional para enfrentar el cáncer de su hijo.
Publicado por Fundación Juntos para el Bienestar de Niños con Cáncer IAP en Viernes, 15 de febrero de 2019
Eva Laura señala que en este país hace mucha falta la sensibilización de las instituciones educativas, las cuales no saben cómo tratar a un niño enfermo de cáncer. Espera que en esta nueva etapa de la política en México, se haga algo por ayudar a familias de escasos recursos que, como la de Erick, conviven día a día con enfermedades graves.
Erick no pierde la sonrisa
El beisbol no es el único anhelo de Erick. El pequeño muestra sus habilidades para el baile y el canto, y externa que sueña con ser artista y tener un perrito, el cual le ha sido negado por la vulnerabilidad de su organismo
- Aunque Erick se encuentra en una etapa muy difícil en su vida, no pierde la sonrisa y la fortaleza. Su temple ayuda a que su madre mantenga la calma mientras atraviesan juntos por esta difícil prueba.