Así buscarán preservar el ADN maya en estos alimentos

Los ibes son representativos de la gastronomía yucateca. Foto: Jazmin M.

Se aplicarán recursos por cinco millones de pesos para conocer el estatus actual de la milpa maya y realizar la colecta del germoplasma (ADN) de especies como maíces, frijoles, ibes y calabazas, entre otros, para preservar ese milenario método de producción agrícola.

El proyecto, encabezado por el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Gobierno yucateco, se denomina Milpa Maya.

 

Pasos del proyecto

Javier Mijangos Cortés, líder del proyecto, señaló que el primer paso es iniciar un censo para conocer cuántas personas aún cultivan la milpa como medio de sustento en la entidad

El último estudio se realizó en 2010 aproximadamente y desde entonces se hablaba de una reducción de entre el 10 y el 20 ciento de la superficie sembrada a través de este método milenario, que es utilizado desde hace unos cuatro mil años, pero la realidad es que hoy no se cuenta con datos precisos

Después se iniciará el proceso de la colecta de germoplasma de las principales especies que aún se cultivan en esas milpas, así como estudios de los suelos y la generación de compostas para mejorar la producción, entre otros.

Finalmente el germoplasma (ADN) se almacenará en el Banco de Germoplasma del CICY para su conservación a largo plazo.

Energías limpias

Los trabajos consideran la capacitación de los milperos para el mejoramiento genético de sus cultivos y la operación de otro Banco de Germoplasma en Peto, el cual funcionará con energía renovable.

También contempla la instalación de parcelas de experimentación y estudios de manejos de plagas y cultivo orgánico en los Institutos Tecnológicos de Tizimín y Conkal, cuyos representantes también forman parte de este convenio.

La iniciativa tiene una proyección de desarrollo a largo plazo, en la que se espera contar con todas las muestras de germoplasma de las especies que se cultivan y la generación de alternativas para aumentar los niveles de producción de la milpa.

Sin embargo, prevén tener datos más precisos de la superficie cultivada y de personas que todavía usan estos métodos de producción alimentaria para el autosustento a más tardar a finales de este mismo año.

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