¡Milagro yucateco! Su mamá estaba en coma, pero logró nacer

Cuando salió Valentina, tocaron la campana de los bebés guerreros. Foto: IMSS Yucatán

Aún no abre del todo sus ojitos, pero Vale, como le pusieron de cariño, ya se convirtió en un milagro. Contra todo pronóstico y para sorpresa del personal del Hospital General Regional "Ignacio García Téllez", en Yucatán, la pequeña nació del  vientre de su madre, quien estaba en estado de coma.

Cuando nació, las probabilidades de Valentina estaban en su contra; según cuenta la neonatóloga Irene Padilla, la pequeña tuvo complicaciones, como síndrome de dificultad respiratoria, neumonía, hemorragia pulmonar y anemia; sin embargo, logró vencer los obstáculos. 

Por su parte, el doctor Gilberto Cahuich Méndez recordó que la mamá de la bebé llegó al hospital adscrito al Instituto Mexicano del Seguro Social con fuertes dolores de cabeza; un tumor la llevó a un estado de coma, su salud se deterioró de forma veloz y, finalmente, falleció.  

Decisión de vida o muerte

Un grupo multidisciplinario de expertos se reunió para tomar la mejor decisión, recuerda el médico encargado de velar por Valentina.  Tras horas de deliberar, la conclusión fue preservar la vida del bebé si tenía un peso mayor a 500 gramos. 

Se mantuvo a la mamá con vida con ayuda de aparatos y se le suministraron esteroides para que la bebita madurara. Una cesárea logró traer al mundo a Valentina y, después, se le dijo adiós a la mamá.

Final feliz, a pesar de todo

El padre de Valentina, el señor Jesús Hau Puc, agradeció al personal del IMSS:

Me voy muy satisfecho con la atención que le dieron; ella logró recuperarse aun al nacer tan prematura. Quiero agradecer a todas y todos por su compromiso. No tuve la dicha de compartirlo con mi esposa; sin embargo, estoy muy feliz de que puedo llevarme a mi hija sana y salva a la casa.

Los días pasaron, Valentina creció y ganó peso, sobrevivió a una cirugía cuando contaba con 40 días de vida y había alcanzado un kilo de peso. La cirugía fue un éxito, evolucionó favorablemente. El final es feliz, a pesar de todo.

La enfermera Almanory López Moo, explicó:

Nuestra labor fue estabilizarla, cuidamos su nutrición, le dimos un ambiente seguro con cuidados y lo más importante: también mucho amor".

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