Príncipe Guillermo y Catalina, en lugar sagrado de aborígenes australianos

AFP Australia 22-04-2014 07:59

Siguen los pasos de sus padres Carlos y Diana en 1983.

El príncipe Guillermo de Inglaterra y su esposa Catalina visitaron este martes el Uluru, uno de los mayores monolitos del mundo y lugar sagrado para los aborígenes australianos, siguiendo los pasos de sus padres Carlos y Diana en 1983.

Al llegar al aeropuerto de Yulara, tras sobrevolar esta región conocida también como Ayers Rock, el Duque y la Duquesa de Cambridge fueron recibidos por el jefe nativo Daisy Walkabout, quien también había dado más de 30 años antes la bienvenida a los padres de Guillermo.

El Ulu?u está en el centro de Australia, en pleno corazón del desierto australiano y es una de las mayores atracciones del Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta.

Se trata de uno de los mayores monolitos del mundo, con cerca de 350 metros de altura. Se trata de un lugar sagrado para los aborígenes australianos. Desde 1987 es Patrimonio de la Humanidad.

"Estamos felices de recibirlos, como lo estuvimos al recibir (a Carlos y Diana) en el pasado" dijo Walkabout.

"Han viajado mucho y ahora vienen a visitar esta tierra, y está muy bien que hayan visto Uluru, que es tan importante no sólo para un pequeño grupo de gente sino para muchos otros que están relacionados y conectados con este lugar", añadió.

La joven pareja real, que efectúa una gira de tres semanas por Australia y Nueva Zelanda, con su bebé, George, de nueve meses, han sido recibidos muy cálidamente y las multitudes de ambos países los han inundado con ramos de flores y regalos.

En efecto Catalina y Guillermo, que ya visitaron durante diez días Nueva Zelanda, son muy populares en Australia, donde la abuela del príncipe, la reina Isabel II de Inglaterra, es jefe de Estado.

La visita de la pareja a este región australiana generó gran interés entre los aborígenes locales, los Anangu, propietarios del Uluru, lugar que además las autoridades desean promover como lugar turístico.

La pareja real viajó sin embargo a Uluru sin el pequeño George, ya que en esta desértica y seca región australiana se registran temperaturas superiores a los 30 grados centígrados.