Juan Pablo II era un santo: Benedicto XVI

Notimex Ciudad del Vaticano 07-03-2014 06:36

El recuerdo está lleno de gratitud.

El Papa emérito Benedicto XVI rompió el silencio al cual él mismo se retiró desde su renuncia al pontificado, poco más de un año atrás, y recordó a su predecesor, Juan Pablo II.

"Me parecía cada vez más claro, en los años que colaboré con él, que Juan Pablo II era un santo”, sostuvo en una entrevista con el periodista Wlodzimierz Redzioch, para el libro “Junto a Juan Pablo II” en el que participan los amigos y colaboradores.

En el texto Benedicto rememoró su primer encuentro con Karol Wojtyla, en el Cónclave durante el cual fue elegido Juan Pablo II en 1978 y aseguró que, desde el inicio, sintió una “gran veneración y una simpatía cordial” por el entonces arzobispo de Cracovia.

“En el precónclave de 1978 él analizó para nosotros de forma asombrosa la naturaleza del marxismo. Pero sobre todo percibí en seguida con fuerza la fascinación humana que él emanaba y, de como rezaba, advertí cuan profundamente estaba unido a Dios”, apuntó.

Reveló también que, ya como Papa, Juan Pablo le llamó porque quería nombrarle prefecto de la Congregación para la Educación Católica pero él rechazó. Finalmente en 1981 aceptó hacerse cargo de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano.

En la entrevista Joseph Ratzinger sostuvo que uno de los problemas más importantes que le tocó afrontar fue la Teología de la Liberación, una corriente de pensamiento que se difundió en los años 70 y 80 en América Latina.

Aseguró que esa teología pretendía convertir a la fe cristiana como “motor de un movimiento revolucionario” y transformarla en una “fuerza de tipo político” porque las tradiciones religiosas eran puestas “al servicio de la acción política”.

Más adelante el Papa emérito evocó la espiritualidad de Juan Pablo II, su devoción a la Virgen y su “intensa relación con Dios” la cual provenía su alegría, en medio de las “grandes fatigas” que debía pasar, y la “valentía” con la cual cumplió su tarea “en un tiempo realmente difícil”.

“Mi recuerdo de Juan Pablo II está lleno de gratitud. No podía y no debía intentar imitarlo, pero he intento llevar adelante su herencia y su tarea lo mejor que he podido. Y por eso estoy seguro que todavía hoy su bondad me acompaña y su bondad me protege”, estableció.