Cuando el Chelsea quiso despertar, el Manchester City ya le había metido cuatro. Una pesadilla que duró 25 minutos pero que aumentó los traumas del equipo de Maurizio Sarri. Los 'blues' no recibían cuatro goles o más en dos salidas consecutivas desde diciembre de 1990.
De Bournemouth se llevaron un 'póker' y un 'set' del Etihad. Una tortura para Kepa. Una tormenta perfecta que barrió a los londinenses y que devolvió al equipo de Pep Guardiola al liderato (con un partido más que el Liverpool) por mejor diferencia de goles. La batalla por la corona de la Premier promete.
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