
En Wembley, Tottenham y Borussia Dortmund fueron a la guerra sin sus cañones. Una batalla naval sin portaaviones. Favre no pudo contar con Paco Alcácer ni con Reus y Pochettino no tuvo ni a Kane ni a Alli. Una montaña de goles se quedó en la grada. Las estrellas estaban en la enfermería. Un ecosistema extraño en el que el Tottenham supo sobrevivir y mandar al diván al Dortmund. Le sacó tres cuerpos (3-0) en un segundo tiempo en el que avasallaron a los alemanes. Duro castigo para los 'borussen' que ven los cuartos a un mundo de distancia. Su ilusión se esfumó en el primer asalto.
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