La selección mexicana de fútbol arrancó su participación dentro de la Copa del Mundo de Rusia 2018, con mucha ilusión y con el deseo de superar lo hecho por otros representativos nacionales en ediciones pasadas. Pero una derrota ante Brasil en los octavos de final diluyó los deseos tricolores y dejó una sensación de impotencia, tras no ver avances dentro de la justa.
Sin embargo, los dirigidos por Juan Carlos Osorio no se fueron con las manos vacías, y dejaron antecedentes más que relevantes, para lo que podría ser el futuro del combinado nacional.