El delantero Luis Suárez, quien se recupera de un desgarro, golpeó el banco de suplentes y tiró su pechera al suelo cuando un colaborador del técnico le confirmó que no iba a ingresar al partido que Uruguay perdía 1-0 y necesitaba revertir ante Venezuela para evitar lo que finalmente ocurrió: la despedida en primera ronda de la Copa América Centenario.
El jugador del Barcelona acudió a una rueda de prensa en San José, California, para aclarar, de forma sincera, todo el lío montado después de su reacción.
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