El mejor, el portero. Y eso que se llevó tres goles en el encuentro del Valencia. Ochoa evitó con sus paradas ante el Valencia una goleada aún mayor. Pero el meta solo no puede sostener a un equipo que, tras la derrota, está prácticamente condenado al descenso a Segunda.
Poco pudo hacer el guardameta para evitar los dos goles de Zaza, que llegaron en apenas dos minutos, los que fueron del 19 al 21, y el de Santi Mina, la culminación de una jugada perfecta del Valencia, una acción de más de dos minutos de duración, con casi 40 pases y en la que intervinieron los 11 jugadores del equipo.
La figura de Ochoa se agrandó para evitar un tanto de Zaza en un mano a mano, lo mismo que ante Munir. Y se revolvió con un paradón a bocajarro para evitar el tanto de Soler, el que hubiera sido el cuarto del Valencia ya casi en la recta final del partido.