La Fórmula Uno regresó y, el factor de tener a un mexicano en la parrilla y que un piloto se corone en México, hizo que los aficionados abarrotaran las gradas del Autódromo Hermanos Rodríguez desde el viernes.
Los pilotos cumplían con la prensa, mientras Miguel Ángel Mancera esperaba que el público olvidara por un momento el temblor del 19 de septiembre con el rugir de los motores. En tanto, las tradiciones mexicanas se apoderaron de la Magdalena Mixhuca y sus asistentes, que irónicamente, celebrando a la muerte, la adrenalina los hacía sentir más vivos que nunca.
Los conocedores atentos, conscientes, pero con la esperanza de que la suerte de Checo mejorara en la carrera y la expectativa de conocer al ganador, con sorpresa incluida en exclusiva.
Verstappen se coronaba en México y en el podio se celebraba con champaña. Pero abajo, en la pista, no se necesitaba más. Hamilton es tetracampeón, y el público se rindió ante el monarca.
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