Pese a que el médico le había ordenado guardar más días de reposo, el cantante español Joaquín Sabina desobedeció las indicaciones y se presentó la noche de este sábado en el escenario del Auditorio Nacional, donde fue ovacionado por la multitud que acudió a disfrutar un amplio repertorio del autor de "19 días y 500 noches".
Desde que dio su primera nota, Sabina llenó de júbilo y nostalgia la noche de su presentación en la Ciudad de México, como parte de la gira de su más reciente disco "Lo niego todo", asegurando que no podía perderse su propio concierto en el coloso de Reforma.
"A veces a uno le pasan cosas que no quiere que le pasen, así que voy a darles el parte médico: primero tuve una gripa que me hizo suspender un concierto, y luego, mientras me estaba curando, una noche en San Luis Potosí tuve una especie de mareo y me di un golpe con una puerta. Juro que solo llevaba dos tequilas".
"Esta es la primera vez que subo a un escenario con gafas oscuras, la razón es porque tengo el ojo derecho entre negro y morado, y aunque me duele mucho privarlos a ustedes del espectáculo de mis hermosísimos ojos, es mejor así", fue parte de las palabras que el intérprete dedicó a su público, que abarrotó el lugar.
Sabina pasó gran parte del concierto sentado en un banco y junto a él una mesita, tuvo algunos cambios de sombrero y gafas y se quitó el saco, presentó a sus músicos, cedió el escenario a su corista Mara Barros, con el tema "Hace tiempo que no me hago caso" y después a Pancho Barona, con "La del pirata cojo".
Además de los temas de su nuevo disco, Sabina deleitó a sus fans con grandes éxitos, como "Una canción para la Magdalena", "Por el boulevard de los sueños rotos", "Y sin embargo te quiero", entre muchos otros, que fueron coreados de pie por el público.
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