Recientes investigaciones de la Universidad de Syracuse en Nueva York, Estados Unidos, sugieren que a partir del nombre de las personas se puede pensar en su edad, personalidad e incluso qué tan competente es o no en su trabajo.
Esto, debido a la forma en que los individuos asocian los nombres con estereotipos, personajes, épocas, género o raza.
De acuerdo a los resultados de la investigación, los nombres femeninos son asociados como afables pero menos competentes, por ejemplo Samantha, Mía o Melody, mientras que los nombres asociados con alta competencia y poca calidez son los masculinos como Howard o Lawrence.
Los nombres modernos como Brittney o Brad tienden a ser asociados a personas muy jóvenes, contrario a Betty o Bruce, que son pensados como nombres de sujetos mayores.
Por otro lado, los nombres cortos y agudos como Jack, suelen ser percibidos como más atractivos, mientras que los nombres femeninos de tono suave como Sophie, se asocian como más atractivos.
Un sondeo asociado a las investigaciones de la universidad neoyorkina, reveló que las personas con nombres que se creen pertenecen a la realeza, son consideradas como más exitosas.
Los nombres poco comunes o extraños tienden a ser vistos desfavorablemente, igual que sucede con los nombres de una raza diferente a la caucásica.
Si bien los expertos mencionan que es lamentable que el género, la edad y la raza marquen un sesgo entre las personas por el sólo hecho del nombre que los identifica, esto no necesariamente debe ser así, ya que según Leonard Newman, responsable del estudio, se creía que alguien llamado Barack Hussein Obama jamás podría llegar lejos en el mundo de la política estadounidense.
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