¿Enviar mensajes a otra persona o conversar con alguien en Facebook y ocultárselo a tu pareja cuenta como infidelidad? Esta es quizá una de las preguntas que trae el uso de las redes sociales.
De acuerdo con la psicóloga australiana Melanie Schilling, estas acciones podrían definir el concepto de "micro-cheating" (pequeño engaño), pues si bien pueden no implicar contacto físico con otras personas, sí involucra sentimientos con alguien externo a su relación.
En una entrevista con la edición australiana del Huffington Post, la psicóloga indicó que estas "acciones aparentemente pequeñas que indican que una persona pone su atención emocional o física en alguien que está fuera de su relación".
Schilling también nombró otros ejemplos de "micro-cheating", como guardar el número de una persona cambiándole el nombre de contacto para evitar ser descubiertos, o hablarle a tu expareja para recordar alguna experiencia que pasaron juntos o, incluso, compartir chistes en privado.
Opiniones encontradas
¿Cuál es la línea entre ser infiel a tu pareja y tener una vida? Esta parece ser la pregunta central del debate, pues los internautas parecen no estar de acuerdo. Algunos señalan como cierto lo que Melanie Schilling dice, aunque la mayoría lo considera exagerado.
Se puede ser lo suficientemente maduro para estar en una relación monógama y mantener una buena relación con tu ex y atesorar momentos importantes , dijo un usuario de Twitter refiriéndose a la consideración de hablarle a tu ex como "micro-cheating."
Otra usuaria señaló que los límites son aquellos que tú y tu pareja establecen: Microcheating o cualquier otro tipo de engaño depende completamente de los parámetros establecidos por las personas que estén dentro de la relación y por nadie más .
Algunos vieron el lado divertido y decidieron mofarse del término: Leer un artículo sobre micro-cheating sin decírselo a tu pareja= micro-cheating .
Pero "entre son peras o manzanas", la psicóloga dijo que lo ideal siempre es mantener comunicación con tu pareja, y no sacar conclusiones ni preocuparte a menos de que tus sospechas tengan un buen fundamento.
La clave aquí es ser objetivo y racional, más que ser subjetivo y emocional. Lanzar acusaciones vacías e insultos no te llevará a ningún lado . Melanie Schilling, picóloga