¿Por qué Virginia Woolf es considerada un símbolo del feminismo?

Google rindió homenaje a Virginia Woolf este 24 de enero, en el que la escritora cumpliría 136 años. Foto: Internet

Además de ser una de las grandes figuras de la literatura, Virginia Woolf se convirtió en una de las primeras representantes del movimiento feminista, por levantar la voz para denunciar la inequidad de género.

Abriéndose paso en un mundo de hombres

No es un secreto que, en el pasado, las mujeres eran relegadas a las labores del hogar y Virginia no fue la excepción. Nació el 25 de enero de 1882, su padre era un famoso historiador y crítico literario, por lo que creció rodeada de libros, escritores e intelectuales de la época.

Sin embargo, al cumplir la edad suficiente para ir a la universidad, se le negó la opción por ser mujer y fue educada en casa, como era costumbre, mientras sus hermanos sí asistieron a la escuela.

Es obvio el que los valores de las mujeres difieren con frecuencia de los valores creados por el otro sexo y sin embargo son los valores masculinos los que predominan. Virginia Wolf

Pese a ello, la joven nacida con el nombre de Adeline Virginia Stephen, logró tomar clases de latín, griego, alemán e historia en el Departamento de Mujeres del Kings College entre 1897 y 1901.

El círculo de Bloomsbury

Posterior a la muerte de su padre, ella y sus hermanos se mudaron a una casa en el municipio londinense de Bloomsbury, donde  se reunían los antiguos compañeros de la universidad de su hermano mayor, Thoby Stephen. Woolf logró unirse a ellos, que eran intelectuales de la época, como el escritor E.M. Forster y los filósofos Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein. Así, conformaron el conocido círculo de Bloomsbury.

El grupo tenía una visión liberal de la sexualidad, y en 1922, Virgina conoció a la escritora Vita Sackville-West, con quien se dice que tuvo una relación amorosa que se estima duró hasta 1930. Esta experiencia llevó a Woolf a escribir el libro Orlando, donde explora la sexualidad femenina.

En 1912 se casó con el escritor Leonard Woolf, quien también era economista y miembro del círculo de Bloomsbury. Leonard era de origen humilde (Virginia llegó a decir que era un judío sin un céntimo), pero la pareja tenía un gran lazo afectivo, y la escritora se refería a su relación como un matrimonio tan completo.

Las mujeres necesitan una habitación propia

Además de escribir novelas y ser pionera en el uso del flujo de consciencia como método de escritura, Virginia Woolf se dedicó a escribir ensayos y artículos que cuestionaban el papel de la mujer en la Inglaterra de principios del siglo XX y la falta de oportunidades que tenían.

Una habitación propia es quizá su mayor denuncia ante estas circunstancias. En este ensayo, Woolf denunciaba que la mujer necesita, también, un cuarto propio en el que pueda dedicarse a pensar, escribir y explotar su intelecto.

Yo me aventuraría a pensar que el Anon (anónimo), quien escribiera tantos poemas sin firmarlos, fue a menudo una mujer. Virginia Woolf

Asimismo, denunciaba que era muy importante que las mujeres recibieran la misma educación que los hombres, para así poder conseguir dinero y dejar de depender de ellos y realizar actividades de su preferencia que la hicieran crecer intelectualmente y no sólo dedicarse a las labores del hogar.

Woolf también insistía en que la mujer se encuentra en una posición precaria en la sociedad, razón por la que no hay una versión femenina de grandes escritores como William Shakespeare.

Depresión y crisis nerviosas

Desde la muerte de su madre en 1985, Virginia sufría una enfermedad mental que en ese entonces era desconocida. Fue víctima de varios cuadros de depresión y crisis nerviosas, lo que finalmente la llevó a suicidarse.  Hoy se sabe que tenía trastorno bipolar.

La escritora llenó de piedras los bolsillos de su abrigo el 28 de marzo de 1941 y se lanzó al río Ouse, que estaba cerca de su casa, dejando una nota a su marido:

Siento que voy a enloquecer de nuevo. Creo que no podemos pasar otra vez por una de esas épocas terribles. Y no puedo recuperarme esta vez. Comienzo a oír voces, y no puedo concentrarme. Así que hago lo que me parece lo mejor que puedo hacer. Virginia Woolf

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