21 de junio: Día de Luis Gonzaga, santo que murió en una epidemia

Luis Gonzaga es el santo patrono de la juventud, murió a los 23 años. Foto: Internet

De acuerdo al santoral católico, este 21 de junio se celebra a los que se llaman Luis gracias a Luis Gonzaga, santo patrono de las juventudes que nació y murió en la segunda mitad del siglo XVI, a los 23 años, luego de que renunció a la alta sociedad para poder atender a los enfermos de la peste de fiebre.

Un siglo y decenas de años después, en 1723, Luis Gonzaga fue canonizado por el papa Benedicto XIII, quien lo nombró protector de los estudiantes jóvenes y Pio XI lo proclamó patrón de la juventud cristiana.

Esta es la historia de Luis Gonzaga, un santo joven

El 9 de marzo de 1568 en Lombardía, nació Luis Gonzaga primer hijo de la dama de la reina Isabel de las Valois, Marta Tana de Santena y Ferrante Gonzaga, marqués de Castiglione delle Stiviere.

Un par de años después de su nacimiento, Luis fue separado de los cobijos de su madre y vivió su infancia junto a su padre en una campaña para preparar soldados en camino de conquistar otras tierras en África. Años después de estar junto al marqués, el pequeño volvió con su madre y fue cuando empezó a tener la vocación de ser piadoso.

Luis estudió letras, ciencias y filosofía, leyó textos religiosos que le hicieron tomar la decisión de entrar en la Compañía de Jesús. El 2 de noviembre de 1583, en el palacio de los Gonzaga de Mantua, cedió a su hermano Rodolfo todos sus derechos como primogénito. El 25 del mismo mes entraba en el noviciado jesuita de Roma. Siguieron luego los estudios de filosofía y teología. En 1587 recibió las órdenes menores.

Un santo en medio de una epidemia

Luego de tener su educación como un hombre religioso, Luis fue testigo de cómo una epidemia de fiebre atacó a la población de Roma, por lo que él con su vocación de ayudar a los demás decidió apoyar en la atención de los enfermos.

Primero, Luis iba de puerta en puerta en suplica de que le dieran víveres o apoyos necesarios para atender a los afectados por la peste; tiempo después, la necesidad de ayudar lo llevó a atender con sus propias manos a los moribundos.

En medio de sus labores y atenciones para los enfermos, Luis enfermó y el 21 de junio de 1591 murió a los 23 años a causa de los estragos de la enfermedad.

Fue hasta el año 1723 en que Luis Gonzaga fue canonizado por el papa Benedicto XIII.