En Beijing, las escuelas suspendieron clases y las avenidas registraron una circulación menor a la usual en la capital china, con la entrada en vigencia este martes de la primera alerta roja emitida contra la contaminación.
Muchas fábricas, debido a la emergencia, pararon actividades, y las autoridades restringieron la circulación de la mitad de los vehículos en la ciudad.
La alerta, que concluirá hasta el próximo jueves, es la más grave de un sistema de cuatro niveles, adoptado hace poco más de dos años, y significa que las autoridades han pronosticado una contaminación severa durante más de tres días consecutivos.
Las lecturas de partículas peligrosas rebasaron este martes por 12 veces el nivel de seguridad, a pesar de todas las medidas adoptadas el último año para mejorar la calidad del aire en Beijing.
Una enorme nube gris cubre la ciudad china, mientras numerosas tiendas registran una actividad mayor a la usual por las ventas de máscaras con filtro de aire.