El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció este miércoles, como medida para apaciguar protestas de los chalecos amarillos, el cierre de la Escuela Nacional de Administración (ENA), semillero de élites y cantera de altos funcionarios, incluyendo seis mandatarios.
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Macron es el cuarto de los últimos seis presidentes franceses que pasaron por las aulas del prestigioso establecimiento, después de Valery Giscard d'Estaing, Jacques Chirac y François Hollande. Los graduados de ENA, conocidos como enarques, forman una red de influencia en los más altos niveles de política y negocios.
- Los graduados son un blanco para críticos de la clase dirigente francesa
- La ENA es un lugar que prácticamente asegura un lugar en la política del país
- Enarques dirigen ministerios u organismos públicos
El contexto
Según críticos, este Harvard a la francesa ha creado clase dirigente desconectada del pueblo, arrogante, que reproduce un pensamiento único. Paradójicamente, esta escuela fue creada en 1945 para democratizar el acceso a la alta función pública, al abrir la educación superior para el público en general.
Sin embargo, en últimas décadas los estudios demostraron que su admisión se reduce a hijos de familias adineradas, a menudo las que ya tenían vínculos con la escuela, pese a un examen de ingreso abierto y supuestamente meritocrático. Sólo el 19% de los estudiantes actuales tienen un padre de origen obrero.