Carnaval de Brasil con toque de feminismo: difunden mensaje "No es no"

En el carnaval con feminismo de Sao Paulo, la sensualidad debe ser consensuada; todos están en su derecho de decir No es no. Foto: Reuters.

Bajo el abrasador sol y con tambores de samba de fondo, un colorido y brillante grupo de feminismo se prepara para el carnaval en el centro de Sao Paulo, en Brasil: mientras el resto de la multitud semidesnuda carga los mezcladores de vodka, ellas concientizan sobre acoso sexual con la frase "No es no".

Para la fiesta callejera Casa Comigo, que se celebra el sábado anterior al feriado de carnaval de Sao Paolo, en Brasil, este grupo de feminismo tiene una misión diferente: asegurarse de que el sensual caos sea consensuado y todos los participantes están en su derecho de decir y exigir "No es no".

"Ustedes son los ángeles del día", dice una mujer con tocado multicolor y aros fluorescentes a un grupo de feminismo compuesto por 11 personas, mientras les entrega en uno de los carnavales más populares de Brasil montones de tatuajes temporales y pegatinas con el mensaje "No es no".

Los ángeles, que son un grupo de feminismo lleno de voluntarios vinculados al Ayuntamiento de Sao Paulo de Brasil, circulan por fiestas callejeras generando conciencia sobre el acoso sexual. Están atentos a borrachos, a los más vulnerables y a incidentes de agresión sexual sin olvidar el "No es no".

  • En Brasil se dice que durante el carnaval "vale tudo" (todo vale), la promiscuidad es celebrada y ningún disfraz es demasiado impactante o demasiado pequeño.
  • Pero hay un lado más oscuro que recibe cada vez más atención: según el Gobierno federal, los casos reportados de violencia sexual suben alrededor de un quinto en los meses del carnaval de Sao Paolo.

Muchos incidentes no se denuncian. Catraca Livre, una comunidad de noticias que ayuda a llevar adelante el programa de Los Ángeles, dice que muchos en Brasil aún explican el acoso sexual como un coqueteo. Luna Souza, una mujer trans de raza negra de 20 años con una diadema oropel dorada, recorre puestos de bebidas pegando carteles de "No es no" en refrigeradores y sombrillas.

Un grupo de adolescentes grita: "¡Quiero una, quiero una!" y colocan orgullosamente las pegatinas rojas redondas en sus pechos como si fueran luces de freno. Souza decidió ser voluntaria en parte porque sufrió manoseos en clubes. "Estoy aquí por la causa", dice.

Por su parte, Heloisa Aun, una periodista de 26 años con un brillante símbolo púrpura de Venus colgando de su oreja izquierda, aseveró que "vivimos con acoso todos los días, durante el carnaval es peor".