Su piscina interior, sus terrazas soleadas y el personal de servicio vestido de librea le dan un aire de hotel de cinco estrellas, pero en realidad es un centro de "desradicalización" para yihadistas en Riad.
Este complejo lujoso es un lugar de transición entre la cárcel y la libertad. Y un símbolo de la polémica estrategia saudí de reeducación de yihadistas, basada más en la curación ideológica que en la coerción.
El centro de rehabilitación, por el que desde 2004 han pasado tres mil 300 yihadistas, incluidos exprisioneros de Guantánamo, cuenta con una tasa de éxito de 86 por ciento.
El centro de asesoramiento y orientación Mohamed bin Nayef, dirigido por clérigos y psicólogos, tiene como objetivo impedir que los condenados que hayan purgado su pena regresen a las filas del terrorismo.
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