Pese a las restricciones de tráfico e industria, por segundo día consecutivo, una nube de contaminación cubre el centro de Beijing este miércoles tras el anuncio de la primera alerta roja de 2015.
Los automóviles con matrículas acabadas en números pares tienen prohibido circular y las escuelas y edificios en construcción permanecieron cerrados. En las calles se veían muchos menos peatones de lo normal, muchos con mascarillas blancas para filtrar el aire.
La contaminación registrada a mediodía estaba en su mayoría entre 250 y 300 en el índice de calidad de aire de la ciudad, lo que podría apuntar a que las restricciones tenían efecto. La alerta se declaró por una previsión d lunes de que los niveles superarían el 300 durante tres días seguidos.
Pese a la prioridad de bajar la contaminación que estableció el gobierno, la peligrosa nube ha persistido. La turbia composición de gases se atribuye a centrales eléctricas de carbón, emisiones de vehículos, construcción y fábricas.