Los "chalecos amarillos" franceses, que protestan desde hace más de tres meses contra la política social y fiscal del presidente Emmanuel Macron, retoman las calles por décimo quinto sábado consecutivo con la esperanza de frenar el declive de su movilización.
En su primera manifestación, el 17 de noviembre, 282 mil chalecos amarillos lanzaron en todo el país este atípico movimiento de protesta, apolítico y al margen de los sindicatos, oponiéndose originalmente a la subida de los carburantes y exigiendo un mayor poder adquisitivo.
El movimiento, en sus inicios apoyado por una mayoría de franceses, constituyó la peor crisis que tuvo que afrontar Macron desde su elección en mayo de 2017. Pero el sábado pasado, fueron solamente 41 mil manifestantes en todo el país, según datos oficiales que los quejosos cuestionan.
Este sábado en París hay cinco manifestaciones declaradas, señaló la policía. Una de ellas saldrá del Arco de Triunfo en los Campos Elíseo. Los manifestantes prevén también una "caminata por los barrios ricos" en torno a esta zona y una parada ante la sede de la patronal francesa, Medef.
Numerosas manifestaciones están igualmente previstas fuera de París, en especial en Clermont-Ferrand, donde las autoridades locales adoptaron medidas de protección ante la anunciada llegada de tres mil personas y el temor a que se produzcan actos de vandalismo. En Toulouse, un centenar de personas, entre las que había "chalecos amarillos", bloquearon este sábado la plataforma de Amazon en esta ciudad, impidiendo cualquier actividad.
- Once personas han muerto desde el inicio del movimiento en noviembre pasado, en su mayoría debido a accidentes en los puntos de bloqueo instalados por los "chalecos", y dos mil han resultado heridas en las manifestaciones.
- Más de 200 casos de abusos por parte de las fuerzas de seguridad han sido reseñados ante el organismo de investigación interna de la policía.