La ardua búsqueda de restos de alimentos entre bolsas y camiones recolectores de basura se ha vuelto una carrera diaria para los venezolanos más pobres, ante una aguda crisis que mezcla escasez e inflación descontrolada.
La caza de camiones recolectores de basura se ha vuelto rutinaria para los venezolanos que buscan los alimentos provenientes de restaurantes, incluso, en Caracas algunos se dividen el control de los desechos.
El sentimiento de humillación ha ido desapareciendo ante una crisis que mezcla la escasez del 68% de los productos básicos y una inflación que podría llegar hasta 1.660% en 2017, según el Fondo Monetario Internacional.
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