La Organización de las Naciones Unidas (ONU) confirmó que siete de los cascos azules destinados a su misión en la República Democrática del Congo fueron asesinados en un enfrentamiento con fuerzas rebeldes.
En una declaración, el Consejo de Seguridad condenó de manera enérgica el asesinato de siete miembros de las fuerzas de paz, seis originarios de Malawi y uno de Tanzania, en el territorio de Beni, en la provincia de Kivu del Norte.
Crímenes de guerra
Los asesinatos ocurrieron mientras realizaban una operación conjunta con las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) en contra del grupo rebelde de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF).
Los miembros del Consejo de Seguridad subrayaron que los ataques deliberados contra el personal de mantenimiento de la paz pueden constituir crímenes de guerra en virtud del derecho internacional.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó el asesinato en medio de un brote letal de ébola en la República Democrática del Congo (RDC).
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