Funcionarios del gobierno, diplomáticos y gente común, se reúnen en las ruinas de la caída torre icónica en la capital nepalesa para conmemorar el aniversario del devastador terremoto que dejó a miles de personas muertas y muchas más lesionadas en el país del Himalaya.
El primer ministro Khadga Prasad Oli colocó el domingo una corona funeraria en las ruinas de la torre Dharahara en el corazón de Katmandú; la estructura colapsó el 25 de abril del año pasado, matando a 132 personas.
Monjes budistas también se reunieron en la plaza Durbar de Katmandú para orar por las casi nueve mil personas que murieron en el terremoto y sus réplicas.
Nepal ha sido criticado por la lenta reconstrucción de casi un millón de viviendas, a pesar de que donantes extranjeros ya garantizaron cuatro mil 100 millones de dólares en apoyo.