El contraste es evidente entre la incomodidad de la joven madre, concentrada bajo su velo azul con un lápiz en la mano, y el resto de los candidatos, sentados perfectamente alineados, durante las pruebas de ingreso a la Universidad privada de Nasir Khusraw, en el centro de Afganistán.
"No quiero que me priven de mis estudios", dice la joven de 25 años, con su tercer hijo en brazos. Jahantab Ahmadi viene de un pequeño pueblo de la provincia de Daikundi, donde el trigo, el maíz y las patatas aseguran escasos ingresos.
"Quiero ser médica, servir a las mujeres de mi comunidad o de mi sociedad". Jahantab Ahmadi
Para poder presentarse a este examen a mediados de marzo, Ahmadi tuvo que caminar dos horas por las montañas, luego utilizar el transporte público para recorrer nueve horas de baches y así llegar a la capital provincial, Nili.
Al principio de la prueba, que se realizó al aire libre, se sentó en un pupitre, como los demás. Pero a su hija Khizran, de solo unos meses, le dolía un oído y no paraba de llorar. Así que para calmarla y no molestar a los demás, Jahantab cuenta que se instaló en el suelo detrás de otro aspirante.
"Tenía que concentrarme en el bebé y hacer el examen".
Viralización en redes
Un profesor de la universidad inmortalizó el momento. La foto se propagó como un reguero de pólvora en las redes sociales en su país, sin que ella lo supiera:
"Mis amigos en el pueblo me dijeron: 'Te han fotografiado'. Yo les dije: '¿Cómo pude no darme cuenta de que me estaban fotografiando?' Y ellos me respondieron: 'Estabas concentrada en tu examen'".
La Asociación de la Juventud Afgana lanzó una campaña en internet para ayudarle a financiar sus estudios y recaudó 14 mil dólares, una fortuna en un país donde el 39% de la población vive en la pobreza.
"Eres una verdadera campeona mundial. Has demostrado que una mujer puede hacer lo que sea en cualquier condición o circunstancia". Escribió un hombre en Facebook.
Jahantab Ahmadi también impresionó a Zahra Yagana, defensora de los derechos de las mujeres quien se puso en contacto con ella y la convenció para que fuera a estudiar a Kabul.
- Ahora la está ayudando a inscribirse en una universidad privada de la capital y aloja a la joven madre con su esposo y sus hijos.
Afganistán tiene una de las tasas de alfabetización más bajas del mundo: alrededor del 36% según datos oficiales, y aún es peor para las mujeres.
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