Reino Unido reabre tiendas tras cuarentena y se registran largas filas

Las tiendas limitan el número de clientes y proporcionan gel antibacterial en la entrada. Foto: AFP

Largas filas se registraron en diferentes calles de Inglaterra para la compra de ropa, juguetes y otros artículos, que dieron la bienvenida a los clientes por primera vez desde que el Reino Unido entró en confinamiento a finales de marzo por la pandemia del coronavirus.

Hambrientos de la experiencia de compras al menudeo durante gran parte de los últimos tres meses, los clientes parecían tomar con calma las medidas de distanciamiento social de mantenerse dos metros separados unos de otros mientras esperaban su turno para ingresar a las tiendas.

Las amigas Dionne Sumner y Olivia Copeland, ambas de 25 años, estaban ansiosas por entrar a la tienda de ropa de la cadena Primark. A su llegada a la tienda a las 8:30 de la mañana, debieron hacer una fila durante unos 15 minutos antes de entrar.

"Esto había sido planeado, realmente lo extrañábamos", declaró Copeland después de gastar más de 200 libras, unos 250 dólares.

La reapertura de tiendas departamentales, librerías y tiendas de artículos electrónicos, solo se realizó en Inglaterra, mientras que Escocia y Gales están aplicando un enfoque más cauteloso para relajar las restricciones por el COVID-19.

Tiendas del Reino Unido aplican medidas sanitarias

Las tiendas limitan el número de clientes y proporcionan gel antibacterial en la entrada, además crearon sistemas de movimiento en una sola dirección en su interior.

Los empleados se cubren el rostro con mascarillas al atender a los clientes en los mostradores de pago y algunos negocios solo aceptan tarjetas de crédito, no efectivo. En la tienda de Apple en Regent Street, en el centro de Londres, el personal realizaba chequeos de las temperaturas de los clientes e insistieron en que deben usar protectores de rostro.

Sin embargo, no todas las tiendas están reabrieron en Inglaterra. Muchas consideraron que las normas de distanciamiento social son demasiado difíciles de aplicar y piden al gobierno británico que reduzca el requisito de un distanciamiento de dos metros.