Una familia en la región de Yakutia, en el extremo norte de Rusia, se ha convertido en conejillos de indias en un experimento llamado "La casa bajo el domo", que tiene como objetivo hacer que los inviernos amargos y fríos en el área sean más cómodos y eficientes energéticamente.
La familia Efremov, compuesta por Alexander, su esposa Aina, su hija y su gato, se mudó a la casa de madera de una sola planta a unos 40 kilómetros de Yakutsk, rodeada por una cúpula de PVC de 10 metros de altura a principios de marzo, reemplazando a sus habitantes anteriores.
Mientras viven en la casa, la familia necesita tomar lecturas de temperatura en toda la casa y documentar su experiencia en un videoblog.
En general, nos gusta aquí", dijo Alexander, un instructor de manejo.
El experimento se ha estado ejecutando desde diciembre de 2019 y tiene como objetivo establecer cómo estas construcciones se ven afectadas por las temperaturas extremas en la región donde el termómetro cae regularmente por debajo de -40 grados Celsius.
El proyecto también está evaluando cómo la cúpula afecta el consumo de energía de la casa, el permafrost debajo de ella y el bienestar mental y físico de sus habitantes.
Según uno de los organizadores del experimento, Dean Dmitry Filippov, Facultad de Carreteras de la Universidad Federal del Nordeste, cuando las temperaturas en Yakutsk cayeron a -50 grados Celsius la temperatura debajo del domo fue de -34 grados Centígrados.
- Atribuyó la diferencia de temperatura a la energía del sol acumulada durante el día y al calor emitido por la casa de abajo.
La investigación se está llevando a cabo conjuntamente entre la Universidad Federal del Nordeste y el grupo de TI Sinet. Si el experimento tiene éxito, el uso de la tecnología de domo podría expandirse en la región.