En su bienvenida al nuevo año, el Papa Francisco dijo el viernes que es el momento de terminar con la "arrogancia de los poderosos" que relega a los débiles hacia las orillas de la sociedad y de poner fin a lo que calificó de "falsa neutralidad" hacia los conflictos, el hambre y la persecución, que desencadena un éxodo a veces mortal de los refugiados.
Francisco hizo hincapié en la necesidad de " dejarnos renacer, para superar la indiferencia que bloquea la solidaridad, y dejar atrás la falsa neutralidad que impide compartir". Recomendó la cooperación como la manera de construir un "mundo cada vez más justo y fraterno, un mundo donde cada persona y cada criatura pueda vivir en paz".
Durante su homilía en la Basílica de San Pedro, el Papa reflexionó sobre los " innumerables formas de la injusticia y la violencia que a diario hieren a nuestra familia humana". "A veces nos preguntamos cómo es posible que la injusticia humana persista sin cesar, y que la arrogancia de los poderosos siga degradando a los débiles, relegándolos a los confines más miserables de nuestro mundo".
Continuó diciendo: "Nos preguntamos cómo la vieja maldad humana continúa sembrando violencia y odio en nuestro mundo, cosechando víctimas inocentes".