El deshielo amenaza a los perros de trineo en Groenlandia; ve por qué

La jaurías han reducido su número. Foto: AFP

Entre las casas de madera y las colinas de Kulusuk, una localidad insular de Groenlandia, los perros de Moses Bajare esperan a que se forme el hielo para lanzarse a cazar osos y focas.

El perro de Groenlandia, robusto y resistente, bastante parecido al huskie, es desde hace siglos el mejor compañero del cazador y arrastra su trineo en medio del desierto de hielo durante los meses de invierno, en los que la temperatura puede bajar hasta -35°C. Pero el calentamiento global acelera el deshielo de los glaciares, dos veces más rápido en el Ártico, y retrasa su formación al final del verano.

  • Según Moses, se trata de una forma de vida, más que una actividad económica, la que está amenazada en Groenlandia, cuya superficie está cubierta de hielo en un 85%.

Climatólogos guiados por cazadores publicaron durante este verano imágenes preocupantes en las que se veía a perros que avanzaban con grandes dificultades en medio de un fiordo (es una estrecha entrada costea al mar) en que el hielo se había fundido.

Y durante el invierno, Moses sigue sacando a su jauría de 12 perros; lo hace incluso aunque el hielo, a partir de febrero, ya no sea tan espeso como antes y se funda de forma precoz a partir de mayo, en lugar de en junio o julio.

En Kulusuk, 79% de los habitantes consideran que el hielo se volvió más peligroso en los últimos años, y 67% creen que el cambio climático amenaza los trineos de perros, según un estudio de las universidades de Copenhague y Groenlandia, un territorio autónomo danés.

  • Otros criadores redujeron sus jaurías o se deshicieron de ellas. Y Kunuk empieza a preguntarse si merece la pena mantener a sus perros.

En 2016 se calculaba que en Groenlandia había 15 mil  perros, frente a 25 mil en 2002, según las estadísticas del territorio.

En el puerto, el padre de Kunuk recuerda los tiempos en que recorría su territorio para colocar redes para focas o seguía la pista de los osos polares."Es lo que llevo en la sangre y mi hijo Kunuk también. Así que si no hay hielo, ¿qué vamos a hacer?", señaló. 

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