¿Te ha pasado que cuando tomas refresco te da más hambre? Seguramente sí. Esto sucede debido a los altos niveles de grelina en la sangre. La función de esta sustancia es provocar ganas de comer en el ser humano y su efecto en altas concentraciones actúa de inmediato.
Un estudio reciente realizado por el equipo de la BBC reunió a un grupo de personas sanas por varias sesiones, sin explicarles exactamente en qué consistían las pruebas. Los voluntarios llegaron al laboratorio con 10 horas obligadas de ayuno y cada uno recibió un sándwich de queso, con el fin de que todos iniciaran con niveles similares de grelina en la sangre.
Una hora después cada uno tomó diferentes bebidas tanto gaseosas, como simples y pasando los diez minutos a cada quien se le sacó un estudio de sangre para medir los niveles. Después de esto regresaron a sus casas con un diario de alimentos para que llevarán la cuenta de lo que habían consumido y en qué cantidades.
Después de obtener los resultados se les dijo a las personas el verdadero propósito del estudio y se descubrió que los niveles de grelina eran hasta un 50% más altos en las personas que habían consumido bebidas con gas, provocándoles una hora después mucha hambre.
¿A qué se debe ese resultado?
Exactamente no se sabe, pero en el estudio llegaron a dos posibles conclusiones:
- Al consumir bebidas gaseosas, el dióxido de carbono se libera en el estómago
- El estómago se puede inflar y expandir estimulando a las hormonas del hambre
Por eso, lo más recomendable es tomar agua simple.
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