Su nombre es Christopher Paul Gardner, un multimillonario inversionista cuya fortuna asciende a 60 millones de dólares.
Sin embargo, su vida no ha sido fácil. Nacido en Wisconsin, Estados Unidos, en 1954, pasó gran parte de su niñez en la pobreza, nunca conoció a su padre y su padrastro alcohólico lo maltrataba.
Luego de terminar la secundaria, se enroló cuatro años en la Marina de Estados Unidos, tiempo después se trasladó a San Francisco, donde empezó a vender equipos médicos.
Un encuentro casual:
La vida de Gardner cambió luego de conocer a un corredor de bolsa llamado Bob Bridges, quien le ayudó a conseguir una entrevista para una pasantía en la empresa DWR.
Fue a comienzos de los 80 cuando el sueldo que ganaba en el programa de capacitación no le alcanzaba, por lo que dormía con su pequeño hijo en parques, baños, iglesias, y asistían a comedores de beneficencia. Gardner se había separado de la madre del niño.
Luego de pasar por situaciones difíciles, por su talento y carácter, logró que la firma le diera un trabajo de tiempo completo. En 1987 abrió su propia compañía de inversores: Gardner Rich. Ahora, a sus 62 años, se dedica a viajar por el mundo para dar pláticas motivacionales, para contar su autobiografía, la cual se convirtió en todo un éxito taquillero con la película "En busca de la felicidad".
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